Netflix es la principal plataforma de streaming para muchos. Es el principal contenedor de entretenimiento, con producciones originales muy esperadas que llegan de forma constante al catálogo. En los últimos años ha apostado por el producto español, con grandes éxitos como Élite y La casa de papel, así como con nuevos proyectos como Matices con Elsa Pataky y Legado con José Coronado.
Ahora, mientras afronta el futuro con producciones como El refugio atómico, en el plano cinematográfico despunta una cinta que se estrenó hace unos días, Mala influencia, una película dirigida por Chloé Wallace. La cinta está siendo una de las más exitosas en Europa en general y en España en particular, colándose en el puesto número 4 de las películas más vistas en Netflix. Eso sí, la crítica la está destrozando.
El thriller español que triunfa en Netflix mientras la crítica no le da tregua: “Es terrible”
La trama es simple. En la producción española, un exconvicto recibe la oportunidad de empezar de cero como guardaespaldas para proteger a una rica heredera de un acosador. Pero como ocurre en estas circunstancias, cuanto más se conocen, más irresistible es su química. Blanco y en botella. Con un planteamiento claro -basado en una novela o fanfic de Wattpad-, y un reparto adolescente, tiene todos los ingredientes para triunfar. Y así ha sido.
No obstante, la crítica advierte sobre Mala influencia y la tilda de “producto de pésima calidad”, y como podemos ver en webs como Filmaffinity las puntuaciones son prácticamente desastrosas. "Huelga decir que (...) el nivel artístico e intelectual en que se mueve el producto es parangonable al de la ya lejana serie 'Al salir de clase'. Quedan avisados", comentan desde La Vanguardia.
"'Mala influencia' es una cadena de despropósitos, que solo puede ser disfrutada como experiencia masoquista o estudio antropológico de las narrativas generadas por y para el algoritmo", apuntan desde Escribiendocine. En Europa, donde está arrasando el filme, no son pocos los que señalan que, dentro de las malas producciones de Netflix -pues ya sabemos que el portal produce cintas y series de calidad muy dispar-, las realizadas en España solían destacar por encima de otras surgidas de Europa del Este.
Hay buenos actores y actrices, guionistas y directores, y por norma general se suele cuidar mucho lo que llega al espectador. Con Mala influencia parece que esta regla se ha roto y que, pese al éxito, todo el mundo se ha dado cuenta de que la película no destaca demasiado. A Netflix le da igual, claro: es un triunfo rotundo.