Cuando los fans de 'El Señor de los Anillos' hablamos del mundo en el que suceden las aventuras de Tolkien, solemos referirnos a este con el nombre de la Tierra Media, pero en realidad la Tierra Media es tan solo un continente dentro de un planeta mayor, un planeta conocido como Arda, que cuenta con otras regiones como las Tierras Imperecederas, por ejemplo. Ahora bien, ¿en el universo de Tolkien solo existía este único planeta? La respuesta es muy interesante, ya que el escritor y profesor británico creó una cosmología en su legendarium que la gran mayoría del público desconoce.
Hay muchos mundos en el universo de El Señor de los Anillos creados por el dios Eru Ilúvatar, aunque no sepamos apenas nada de ellos
Más allá del planeta Arda, donde tienen lugar las principales historias que Tolkien nos narró en 'El Señor de los Anillos' o 'El Hobbit', existe un Universo llamado Eä (la palabra "Sea" en élfico). Este cosmos fue creado por el dios todopoderoso Eru Ilúvatar, algo de lo que dejó constancia el autor en publicaciones como 'El Silmarillion'.
En este mencionado universo se encuentra todo lo que existe físicamente en el imaginario de Tolkien, y Arda (cuya palabra vendría a significar "Reino" o "Región") es solo un planeta más en un cosmos gigantesco e inabarcable. No obstante, en alguna especie de plano espiritual o astral, es decir más allá del mundo físico, existen también los Salones de Mandos, un lugar donde van a parar las almas de los elfos y hombres al morir.

Volviendo a 'El Silmarillion', en este libro se explica que los espíritus Valar y Maiar moldearon todo el universo a través del canto. Por lo tanto, cuando los personajes que vivían en la Tierra Media y otras regiones de Arda miraban hacia el cielo nocturno, podían ver estrellas brillando, ya que no estaban solos en el cosmos.
Tolkien llega a especificar en dicho libro que algunas de las estrellas más brillantes visibles desde Arda eran "Carnil y Luinil, Nénar y Lumbar o Alcarinquë y Elemmírë". Años más tarde, Christopher Tolkien, el hijo del escritor, señaló mediante notas en el libro 'El anillo de Morgoth' que efectivamente su padre había querido que estas otras estrellas fuesen planetas de un sistema solar en el que se encuentra Arda.
Sin ir más lejos, los planetas reales de nuestro Sistema Solar tenían su propia representación astronómica en el legendarium del británico, tal y como sigue:
- Mercurio: es Elemmírë ("Joya Estelar" en sindarin).
- Marte: es Carnil ("Estrella Roja" en quenya)
- Júpiter: es Alcarinquë ("El Glorioso" en quenya)
- Saturno: es Lumbar (su significado se desconoce).
- Urano: es Luinil ("Estrella Azul" en quenya).
- Neptuno: es Nénar (su significado se desconoce).
Sin contar Plutón, y la propia Tierra (que era Arda), habréis notado que en la lista falta Venus, y es que este planeta tenía una representación más especial en el cosmos de Tolkien. Se llamaba Eärendil (o Gil-Estel, la "Estrella de la Esperanza") y además de ser considerado un mundo/estrella, era también un personaje.

En concreto, Eärendil (el padre del mismísimo Elrond), había sido un medio elfo marinero que, cerca del fin de la Primera Edad, había navegado hasta Aman, la tierra de los dioses, para pedir ayuda a los Valar contra el temible señor oscuro Morgoth. Aunque los Valar eran reacios a ofrecer su ayuda, finalmente Eärendil los convenció. Gracias a ello, su barco fue encantado para poder volar, y durante la Guerra de la Cólera Eärendil luchó contra Ancalagon el Negro, el dragón más grande del ejército de Morgoth.
Después de la guerra, se dice que Eärendil siguió surcando los cielos, acompañado de un Silmaril, una gema mágica tan brillante que podía verse desde la superficie como si fuese una estrella, de ahí que esta fuese la versión de Venus en la mitología fantástica del escritor. En 'El Señor de los Anillos' se le menciona como la estrella de Elendil, y es la misma luz que Galadriel logró capturar en el frasco que le entrega a Frodo.
Por supuesto, no sabemos si más allá de Arda existieron en distintos mundos de Eä otras criaturas vivas, pero el mismo Tolkien nunca descartó esa posibilidad. En cualquier caso, Arda fue el centro dramático de sus historias, que por supuesto no fueron pocas.