Hemos jugado cerca de 4 horas a Mario Kart World y todo lo que había dicho Nintendo tenía mucho sentido. Se nota que su desarrollo ha sido prolongado. Arrancó justo tras el lanzamiento de Mario Kart 8 Deluxe, a mediados del 2017, algo que ha permitido en cierto modo revolucionar la saga, en esta ocasión con un mundo abierto que modifica muchos aspectos que conocíamos en juegos anteriores. Cuando lo juegas, entiendes también por qué no se llama Mario Kart 9, y es que de continuista no tiene prácticamente nada.
Hay muchos aspectos que se mantienen, por supuesto, y la locura de ir primero y perder varias posiciones justo antes de cruzar la meta sigue estando aquí. No obstante, incluso en esto es ahora más caótico, al incorporar 24 corredores en pista y un concepto de conducción acrobática más acusado.
Sigue siendo un juego perfecto para las nuevas generaciones que lleguen a la saga, pero sin dejar de prestar un especial interés en el usuario veterano, que va a recibir las carreras más profundas, estratégicas y también divertidas de la serie. Y no estamos exagerando para nada.
Un Mario Kart revolucionario dentro de la saga
Si sois asiduos de los juegos de Mario Kart, conoceréis de sobra lo que es el modo grand prix. Cuando accedes desde el menú, parece que las cosas no han cambiado demasiado. Tienes la copa champiñón, la copa flor, la copa estrella… y cada una posee cuatro circuitos. La sorpresa llega cuando empiezas a correr y descubres cómo se ha insertado el concepto de mundo abierto dentro de esta modalidad. Ahora realmente no corres en circuitos cerrados, sino que funciona más como una competición de rally con distintas etapas.
La primera carrera siempre es en el circuito inicial, con las clásicas tres vueltas. Pero cuando acabas, te desplazas al siguiente recorrido, y el espacio que nos separa del próximo trazado forma también parte de la carrera. En total, son cuatro recorridos por copa hechos de esta manera. Es decir, siguen estando los circuitos en su concepción clásica, pero ahora forman parte de un todo. Ya no consisten tanto en dar varias vueltas y se acabó, sino más bien en pasar por ellos y atravesarlos, aprovechando el concepto de libertad de este nuevo Mario Kart. La idea es innovadora y otorga una variedad increíble porque la cantidad de paisajes y situaciones se multiplica.
Pero más allá del novedoso concepto detrás de la estructura de los recorridos, más importante aún es la propia jugabilidad mientras conduces. El manejo recupera las sensaciones de Mario Kart 8, con un manejo que os resultará muy familiar. No obstante, en cuanto juegas algunas carreras te das cuenta de algunos matices, con unas físicas que cuentan ahora con un mayor protagonismo. Y esto por no hablar de algunas introducciones que resultan fundamentales para comprender este videojuego.
La dinámica de conducción de Mario Kart World sigue teniendo a los derrapes como núcleo principal, así como los importantes rebufos cuando vas justo detrás de otro piloto, pero ahora se añaden un montón de elementos que multiplican la vertiginosidad con respecto al anterior juego. La idea es que no estés ni un solo segundo sin hacer nada. Incluso cuando vas en línea recta, puedes cargar el salto para accionar un turbo, o bien aprovecharlo para poner en práctica una de las novedades más rompedoras de esta entrega: la posibilidad de correr sobre raíles.
Este Mario Kart está diseñado para que estés pendiente en todo momento de qué parte del escenario puedes aprovechar para arañar unas décimas de segundo y superar al resto de corredores. Podrían ser unos guardarraíles o unos cables de tendido eléctrico, poniendo tu kart a dos ruedas. También hay secciones en que es posible correr sobre paredes y rebotar entre ellas. Los atajos no faltan, y en ocasiones se descubren haciendo uso de estas nuevas mecánicas de pilotaje.
Luego hay que hablar de los propios trazados, que son una combinación entre mundo abierto, nuevos circuitos y recorridos clásicos. Es simplemente sensacional. En el camino de un circuito a otro podrías encontrarte con tráfico, goombas que obstaculizan tu camino e incluso alguna que otra bifurcación. Hay muchas sorpresas, que vienen apoyadas por el hecho de que la meteorología puede cambiar en cualquier momento, aparte de que los circuitos pueden jugarse tanto de día como de noche. Son muchas las variables, haciendo que la rejugabilidad se dispare.
Por supuesto, la importancia del uso del doble objeto durante las carreras sigue siendo fundamental y la forma en que los uses puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Vuelven clásicos como el caparazón azul, el rayo que encoge a los enemigos o la transformación en Bill Bala. Pero tenemos nuevas incorporaciones. El caparazón dorado deja a su paso un reguero de monedas que pueden ser aprovechadas por ti, pero también por los adversarios. Los martillos se lanzan a corta distancia y duran poco tiempo en pista, pero pueden ser cruciales cuando tenemos a nuestro contrincante a décimas de segundo. La pluma puede ayudarte a alcanzar un raíl o plataforma muy elevada para aprovechar atajos, o incluso esquivar los objetos con que intenten sorprendernos los rivales.
Lo importante de todo esto es que cada novedad que se introduce realiza un considerable aporte a la mejora de la jugabilidad. Que haya 24 corredores en pista es algo que contribuye al caos y la diversión, multiplicando el número de eventos que ocurren en pista y haciendo que la competición sea más vertiginosa que nunca. Todo con copas que puedes escoger si jugar a 50, 100 o 150 centímetros cúbicos (así como en modo espejo). A nosotros, que venimos de jugar mucho a otros Mario Kart, no nos pareció demasiado difícil, aunque habrá que esperar a probarlo más a fondo. La opción de rebobinar y enmendar nuestros errores (con la penalización de que el tiempo sigue fluyendo) tampoco nos ha convencido demasiado, aunque en ciertos momentos puede tener su utilidad.
El número de personajes disponible parece elevado, así como el repertorio de bólidos, que van desde los monoplazas hasta las motocicletas. Estos pueden adaptarse a planear por el aire o moverse sobre el agua, añadiendo un punto más de variedad a los circuitos. La selección de pilotos os podemos adelantar que es contundente, más aún si consideramos que existen variantes para muchos de los personajes y que se añaden los ya famosos personajes NPC, como la vaca. Las skins son desbloqueables, y suponen un elemento de coleccionismo muy interesante. En el mundo abierto podemos encontrar distintos puestos del restaurante de Yoshi, y recogiendo un ítem especial podemos desbloquear un nuevo atuendo.
La libertad aplicada a un Mario Kart
Es buen momento para hablar del modo libre, que es seleccionable desde la misma pantalla de título. Básicamente, todos los circuitos están aquí y podemos visitarlos con libertad. Pero eso no es todo. Por el camino nos vamos a encontrar con toda una red de carreteras y paisajes, con miomas tan dispares como un desierto, una frondosa pradera, una región montañosa, un volcán, un entorno nevado y hasta el propio castillo de Peach, el cual de hecho se encuentra en el centro del mapa.
El mayor reclamo de esta modalidad es que puedes moverte sin ataduras, a tu ritmo. Es posible reunirte con varios amigos e ir de un lado hacia otro en compañía, algo ideal para complementar la función GameChat. El modo foto es aquí una buena característica para potenciar el carácter social, y nosotros nos hicimos una instantánea con otros miembros de la prensa durante este evento de prueba. Sin duda, es divertido jugar con amigos, pero teníamos una gran duda: ¿esto es todo lo que ofrece el modo libre? Por fortuna, no.
Lo mejor del modo libre son las misiones que vas encontrando a medida que exploras. Una te plantea hacer una carrera con unos lugareños atravesando una serie de checkpoints mientras el cronómetro hace una cuenta regresiva. Otro te plantea subirte a unos cables de tensión realizando acrobacias para recoger 8 monedas azules en un límite de tiempo. Uno más nos propuso hacer un ascenso por una carretera montañosa serpenteante mientras esquivábamos enormes pedruscos. Darse una vuelta por el mundo abierto merece la pena, y podrías descubrir otros secretos, al estilo de monedas coleccionables y otras cosas que deberemos averiguar.
Pero hay más modos, y no menos importantes. De hecho, el modo supervivencia es uno de los que mejor uso hace del concepto de mundo abierto. Básicamente, aquí jugamos en varias carreras con metas intermedias en que atravesamos el enorme escenario de Mario Kart World recorriendo un total de 6 circuitos a modo de rally. En cada checkpoint se elimina a un número de corredores. Primero somos 24, luego 20, más tarde 16… hasta que finalmente solo quedan 4 pilotos en pista para el sprint final. Para que os hagáis una idea, participar en uno de estos rallies puede durar fácilmente diez minutos (si llegas al final). Te pone en tensión y supone fácilmente el modo más divertido del juego. Todo un acierto.
Luego están de regreso clásicos como la batalla de globos y la batalla de monedas, que siguen siendo tan satisfactorios como siempre. También tienes el modo contrarreloj y el modo versus, siendo este último especialmente relevante porque permite diseñar tus propios recorridos, escogiendo los circuitos por los que vas a pasar. Puedes escoger si jugar o no con objetos, la dificultad de la CPU y si se permite formar equipos para incrementar la rivalidad. Queremos verlo más a fondo y experimentar, porque creemos que con el nuevo concepto de recorridos interconectados puede dar mucho juego.
Por último, tenemos que hablar de la vertiente multijugador local en la misma consola con pantalla dividida para hasta 4 jugadores. La hemos probado y aunque obviamente existe una esperable bajada de frames (al gestionar cuatro imágenes en lugar de una), se juega bastante bien y a los pocos minutos estás más metido en las carreras que en prestar atención a estos detalles técnicos. Por tanto, aquellos que disfruten de este tipo de experiencias locales están de enhorabuena, porque Mario Kart World es uno de esos títulos que se disfrutan mucho en compañía.
En nuestro caso también lo hemos jugado con cámara. El dispositivo seguía la cara de los participantes en todo momento, mostrándola en pantalla en forma de pequeño icono junto a sus respectivos karts. Ver la reacción de tus amigos ante la llegada de un caparazón azul no tiene precio, y garantiza las risas en compañía de familiares y amigos. Ahora queda ver cómo funciona todo esto en el terreno online. Al haber tenido esta demostración en una prueba cerrada y con una versión no final, todavía no podemos ofrecer información al respecto.
Esta prueba la realizamos enteramente en modo televisor, con una salida de resolución 4K y una tasa de 60 imágenes por segundo que ya os adelantamos que es muy estable. Gracias al HDR y el talento artístico de Nintendo, es un juego especialmente colorido y bonito, más cuando hablamos de ciertos circuitos. La banda sonora es otro elemento que merece ser reseñable, y es que las melodías (tanto nuevas como clásicas) se adaptan al concepto de mundo abierto para realizar modificaciones sobre la marcha, de acuerdo a los cambios que se van produciendo en paisajes y circuitos.
Todo esto seguro que te suena muy bien, pero lo mejor es que nos quedamos con la sensación de que aún tenemos cosas que descubrir, y que este Mario Kart World no nos cabe la menor duda de que va a estar vivo muchos años, con actualizaciones y nuevos contenidos que aún no podemos imaginar. Nintendo Switch 2 tiene un título de lanzamiento increíblemente potente, y por el que merece la pena comprar una consola. Dentro de unos días os diremos nuestra valoración final, una vez lo hayamos exprimido como se merece.
Hemos realizado estas impresiones con una versión del juego que nos ha permitido probar Nintendo en sus oficinas de Madrid.