De todos los protagonistas principales de 'El Señor de los Anillos', Aragorn (interpretado por Viggo Mortensen) es, con permiso de Frodo, y tal vez Gandalf, el más importante miembro de la Comunidad del Anillo. El heredero de Isildur destinado a reinar y unir a los pueblos libres de la Tierra Media demuestra a lo largo de la trilogía un talento innato para liderar y parece capaz de enfrentarse a cualquier peligro, en parte, gracias a la enorme experiencia que tiene a sus espaldas.
Como muchos fans sabrán, al momento de unirse a la Comunidad, este Dúnedain era ya un hombre que había vivido muchas décadas. Tantas como para participar en algunos eventos importantes del mundo y demostrar sus capacidades. En las películas apenas llegamos a intuir su pasado, pero Tolkien llegó a desarrollarlo más en sus escritos, por eso a continuación vamos a rescatar las mayores hazañas del personaje previas a la historia central de 'El Señor de los Anillos'.
Fue el líder de los Dúnedain
Como descendiente de los hombres de Númenor, el reino caído de Arnor, Aragorn estaba destinado a unirse a los Dúnedain, un grupo de montaraces que erraban por el Norte de la Tierra Media vigilando y protegiendo otros pueblos y zonas. Sin embargo, tiene mucho mérito que Aragorn acabase siendo el decimosexto jefe de los Dúnedain, puesto que había sido criado en secreto por Elrond en Rivendel, un lugar apacible y lleno de seguridad.
Cuando se hizo adulto, Aragorn abandonó la protección de Rivendel y heredó el cargo de líder de los Dúnedain tras la muerte de su padre, Arathorn II. Tuvo que ganarse el respeto de los demás hombres, afianzar su liderazgo, demostrar capacidades de exploración, caza y rastreo y, en definitiva, asumir responsabilidades enormes para alguien tan joven; una primera prueba que lo situaría en el camino hacia la realeza que le esperaba.
Consiguió mantener a salvo a la Comarca y a los hobbits
Como parte de su liderazgo al frente de los Dúnedain, con el tiempo Aragorn acabó conociendo al mago Gandalf el Gris. Gandalf sentía simpatía por los hobbits que habitaban en la entrañable Comarca, así que Aragorn y sus montaraces tomaron la iniciativa de proteger los alrededores de la Comarca a menudo, puesto que Gandalf no podía estar siempre vigilándola.
Aunque los montaraces se ganaron mala fama entre los hobbits, quienes no apreciaban a los forasteros, la perpetúa protección de Aragorn y los suyos sirvió para que las fuerzas del mal de Sauron no lograsen acceder a la Comarca. Mientras que otros pueblos y lugares de la Tierra Media sufrían asaltos o penurias, los hobbits mantuvieron intacta su paz por más tiempo, y todo gracias a la atención desde las sombras que el heredero de Isildur ofrecía día y noche.
Participó en la guerra del rey Thengel en Rohan
Durante los años 2958 y 2980 de la Tercera Edad, Aragorn tuvo que desplazarse al Sur para hacer frente a las fuerzas de Sauron. Llegó a Rohan con un nombre falso y se unió al ejército del rey Thengel, el padre del futuro rey Théoden. Durante esa época, Aragorn formó parte de los Rohirrim y junto a ellos repelió orcos y dunlandeses a medida que la guerra avanzaba y se volvía cada vez más encarnizada. El montaraz siguió agrandando su leyenda y ganando experiencia en el campo de batalla.
Derrotó a los corsarios de Umbar en Gondor
Tras su paso por Rohan, Aragorn decidió instalarse un tiempo en Gondor, nuevamente con una identidad falsa. La ciudad necesitaba ayuda contra los corsarios de Umbar que atacaban las costas y saqueaban pueblos, así que sirvió como capitán bajo el mando del senescal Ecthelion II (el padre de Denethor y abuelo de Boromir y Faramir) para hacer frente a este problema.
No tardaría en labrarse una gran reputación por sus habilidades y su valentía. No en vano, fue clave en la derrota de los piratas descendientes de los Númenóreanos Negros: lideró un ataque sorpresa contra la flota de Umbar que la destruyó fulminante y rápidamente. Después de eso, rechazó cualquier recompensa por sus actos y simplemente se marchó en silencio para ayudar en otras tierras.
Capturó al escurridizo Gollum
Alrededor del año 3009 de la TE, poco antes de unirse definitivamente a la Comunidad del Anillo, Aragorn tuvo una importante misión: encontrar y capturar al sibilino Gollum. Gandalf sospechaba que la criatura podía tener relación con el Anillo que Bilbo le había dado a Frodo (y con Sauron), así que Aragorn sacó a relucir una vez más sus dotes de rastreo para hallar al retorcido Gollum, algo nada sencillo.
Durante nada más y nada menos que tres largos años, el montaraz fue siguiendo a través de montañas, cuevas y parajes inhóspitos las pistas de Gollum (quien entre medias llegó a ser capturado por Sauron). Finalmente, logró atraparlo en las tierras salvajes del Anduin y lo entregó al reino de Thranduil para que Gandalf y el rey élfico del Bosque Negro pudiesen interrogarlo. Este hecho fue vital para descubrir que Sauron ahora había fijado su atención en la Comarca, lo que aceleró la misión por destruir el Anillo Único y derivó en la historia que todos conocemos (historia que próximamente veremos adaptada en una nueva película, por cierto).
