Terminator, una de las grandes sagas que emergió en la década de 1980, ha quedado relegada a la sombra de lo que alguna vez fue. Mientras la ciencia imita la ficción, la licencia, que originalmente fue un éxito bajo la dirección de James Cameron en 1984, marcando el segundo gran hito en la carrera de Arnold Schwarzenegger después de Conan el bárbaro, parecía destinada a la eternidad. Pero tras el indiscutible triunfo de Terminator 2: El juicio final, la saga perdió rumbo y se desvirtuó con el tiempo.
El director James Cameron, que sigue a bordo de Avatar y sus secuelas, sabe qué ocurrió exactamente y por qué todo falló.
James Cameron desvela qué salió mal en la saga 'Terminator' después de la segunda entrega
A partir de Terminator 3: La rebelión de las máquinas, la saga ha pasado por diversas manos que intentaron capitalizar su legado sin lograr replicar el éxito de las dos primeras entregas, que habían fijado un estándar de excelencia tanto en la narrativa como en la acción. Si bien Terminator Génesis y Terminator: Destino oscuro fueron intentos de revivir la saga, es cierto que ni siquiera lograron desprenderse de esa sensación de estar atrapados en la nostalgia.
James Cameron ha dejado claro, en un post en Reddit (vía ScreenRant), cuál cree que era el verdadero problema de la saga: "El desafío con Terminator 2 era la complejidad moral de la historia y pedirle al público que, al final, llorara por un Terminator. No creo que la tercera o cuarta película hayan estado a la altura de ese potencial", concluía.
A lo largo de los años, la franquicia ha seguido buscando su rumbo. Terminator 3 no fue más que una repetición de los clichés de la segunda película, con el atractivo adicional de continuar con la narrativa del apocalipsis prometido por el Día del Juicio Final. Por su parte, Terminator Salvation trató de explorar el mundo posapocalíptico, pero nunca consiguió redefinir a los personajes como lo hizo Cameron con el T-800 en la segunda entrega.
Incluso el reciente intento de revitalizar la saga con el anime Terminator Zero demuestra que, a pesar de los esfuerzos, la saga sigue sin encontrar el hilo conductor que logre recuperar la chispa única que Cameron imprimió a sus dos primeras películas. Se han quedado estancados.
